En un estudio sobre adultos mayores, el consumo de vitaminas C y E a través de los alimentos estuvo asociado con la conservación de la fuerza muscular.
Esto sugeriría que las dietas ricas en antioxidantes tendrían un papel clave en la preservación de la función muscular en las personas mayores
«La fuerza muscular es un marcador real de envejecimiento. Comienza a declinar a los 40 años, pero lo hace drásticamente después de los 60», dijo a Reuters Health la doctora Anne Newman, de la University of Pittsburgh.
Ese deterioro es «un factor de riesgo importante» de fragilidad y discapacidad, pero ciertas estrategias retrasarían esa pérdida de fuerza.
En un estudio previo, el equipo de Newman había identificado la importancia de la actividad física y la proteína de la dieta para mantener la fuerza muscular.
Para evaluar los beneficios potenciales de los micronutrientes, el equipo indagó los hábitos alimentarios de más de 2.000 hombres y mujeres de 70 a 79 años. Les midieron la fuerza de agarre al inicio del estudio y dos años más tarde.
El sábado, en la reunión anual de la Sociedad de Gerontología de Estados Unidos, el equipo presentó una relación positiva significativa entre el consumo alimentario de vitaminas C y E, y una mejoría en la fuerza muscular, sin importar el nivel de fuerza inicial de cada participante.
Se desconoce si ambas vitaminas ayudan específicamente a preservar la fuerza muscular o si el consumo de esos micronutrientes es un marcador de dieta saludable, dijo Newman.
«Dado que están en los alimentos, podrían tener una relación directa o ser un indicador de dieta rica en frutas y verduras, y baja en sodio, lo que tendría un buen efecto», añadió.
La ingesta alimentaria diaria promedio de vitaminas C y E fueron de 144 y de 11 miligramos, respectivamente.
«En nuestra cohorte, el consumo promedio de vitamina E fue al menos más bajo que el recomendado. De modo que, si bien se puede ingerir suficiente cantidad de ese micronutriente, hay que asegurarse de incluir alimentos ricos en esa vitamina», dijo Newman.
El equipo está tratando de determinar «el nivel óptimo de actividad física y los nutrientes óptimos de la dieta que preservarían la fuerza muscular», señaló la experta.
En tanto, agregó que los resultados dan «otro motivo para que los médicos alienten a los pacientes a tener una dieta equilibrada, rica en frutas y verduras».
Newman instó a no empezar a tomar altas dosis de suplementos de vitaminas C y E. «En ensayos clínicos con dosis muy altas de antioxidantes, no hubo beneficios o hasta serían potencialmente dañinos», finalizó la autora.