Además de
actuar como una barrera protectora del organismo frente al entorno, la piel humana
sería capaz de recibir sonidos a través de las corrientes de aire.
Este descubrimiento, que publica Nature, supone un gran paso en la comprensión
de cómo los órganos sensoriales colaboran para recibir los sonidos.Y podría
ayudar en el desarrollo de dispositivos de audio para las personas con
problemas auditivos.
Según un grupo de científicos de la U. British Columbia de Vancouver (Canadá),
la gente «oye» a través de la piel las corrientes de aire creadas por
su interlocutor al hablar, a pesar de que éstas pasan desapercibidas para el
oído.
Son las sílabas aspiradas (como «pa» y «ta») las que crean
esas corrientes de aire que llegan a la superficie cutánea y permiten completar
el crucigrama comunicativo.
Es más, aseguran que cuando un flujo de aire alcanza la piel del cuello y manos
de manera fortuita en el mismo momento en que el interlocutor está pronunciando
sílabas que no producen ninguna corriente de aire (como «ba» y
«da»), el organismo confunde estas sílabas con las aspiradas
(«pa» y «ta»).
Lo que indica que cuando uno escucha a otra persona hablar no sólo atiende a la
información auditiva y visual, sino también, de forma inconsciente, a las
«huellas táctiles» que ese discurso deja en la piel.