Celuloterapia

Vamos a hablar de la Celuloterapia, que es exactamente igual que la Terapia Celular (Implantes Celulares). En muchos casos repetiremos conceptos e ideas que anteriormente hemos expuesto, pero al final, son los mismos conceptos y técnicas, veamos:

Las raíces de la Celuloterapia se hunden en las más viejas tradiciones. En los albores de la medicina ya exiswtía un convencimiento de que el hombre podía recuperar fuerza y salud con la incorporación de órganos de animales jóvenes.

El papiro de Ebers, el documento médico más antiguo conocido, menciona ya preparados extraídos de órganos de animales.

En 1400 antes de Cristo, el médico hindú Susruta, aconsejaba a los impotentes que comieran testículos de tigres jóvenes.

Homero cuenta que Aquiles comía médula de león para aumentar su fuerza y su coraje.

La “Materia Médica” de Aristóteles y de Plínio el Viejo, habla de la acción curativa de los extractos de órganos.

En el siglo III, los médicos chinos recetaban la placenta humana como fortificante.

A principios del siglo XVI, Paracelso decía que “el corazón cura al corazón, el riñón al riñón” (similia similibus curantur).

Las experiencias de Hunter, en 1771, y las de Berthold, en 1849, pusieron en evidencia la actividad de remplazo ejercida en un gallo castrado por implantes de tejidos testiculares.

En 1857, Claude Bernard habla de la “secreción interna”.

En 1899, Brown Séquard observa en sí mismo, el efecto rejuvenecedor de un extracto de testículos de perro que él mismo se había inyectado.

Los cirujanos tratan luego de injertar testículos de animales, en el hombre, mientras que en Medicina Interna, se sigue el ejemplo de Brown-Séquard, al administrar extractos de glándulas por inyección subcutánea.

El profesor Paúl Niehans, en 1931, trató a sus primeros pacientes mediante un método revolucionario, abriendo nuevos rumbos en la terapia celular.

En vista de los espectaculares avances alcanzados por la medicina durante los últimos 50 años, fue indispensable que se considerase estos descubrimientos en tratamientos a base de células frescas y vivas, y seguir adaptando continuamente métodos biológicos a estas evoluciones. Esta misión fue confiada a un equipo de investigadores de renombre mundial, bajo la eficiente dirección de Christiaan Barnard.

La Clínica La Prairie, es la cuna mundial de la terapia a base de células frescas y vivas. No hay ningún misterio, ni jamás hubo alguno sobre la proveniencia de las células que se inyectan: todas provienen de fetos de ovejas. Antes de su nacimiento, los fetos no tuvieron tiempo de desarrollar sus reacciones inmunitarias. Caso contrario, no hubieran sido toleradas en el seno materno. Por consecuencia todas las células fetales inyectadas a los pacientes son aceptadas perfectamente y el organismo no las considera como un cuerpo extraño.

Es muy importante saber que así no existan fenómenos de rechazo, cosa que podría ocurrir si se implantan células de animales adultos, debo reseñar que después de tratar a más de 65.000 pacientes, nunca se registraron fenómenos algunos de shock y/o intolerancia.

La Celuloterapia generalmente se utiliza para: Rejuvenecimiento, mejoramiento de la calidad de vida y modificación y extensión de la longevidad por lo que es más con fines gerontológicos.

Rejuvenecimiento: No es ésta la palabra que debiéramos de utilizar, pues la edad no se puede alterar. Hablando de Terapia Celular, el término más apropiado sería Revitalización. Este método puramente biológico y natural tiene como objetivo la estimulación del organismo fatigado y envejecido. Con el aporte de células frescas y vivas y sus productos de secreción, el tratamiento otorga al organismo los elementos indispensables para corregir y remediar las deficiencias inherentes a la edad.

Mejoramiento de la calidad de vida: Estimulado por el aporte de las células, el organismo será reforzado en sus funciones vitales y esto significa mayor defensa. Fatiga, laxitud, dolores articulares, desórdenes circulatorios, deficiencias físicas o psíquicas, son todos fenómenos que se repiten con la edad, engendrando estados depresivos que ahogan el deseo de vivir.

Frente a estas perturbaciones múltiples y polivalentes, el aporte vivificante de la Terapia Celular, contribuye a resolver tales desórdenes de la salud, cuyas consecuencias repercuten inevitablemente en la vida personal, familiar y social.