Sin embargo, un experto se muestra cauto ante el hallazgo
Tres moléculas asociadas con el cáncer de próstata podrían proveer los largamente buscados marcadores que puedan diferenciar qué tumores amenazan la vida y ameritan un tratamiento agresivo, según señala un estudio.
Este intenso y actual debate sobre el valor de las pruebas preventivas para la detección precoz del cáncer de próstata proviene del hecho de que el cáncer por lo general crece tan lentamente que no hay un beneficio que salve vidas con el tratamiento, como la cirugía, que puede causar impotencia e incontinencia. Estudios recientes en Estados Unidos y Europa encontraron en el mejor de los casos un beneficio limitado de las pruebas preventivas de rutina para el cáncer de próstata y las nuevas directrices de la Asociación Urológica Estadounidense señalan que muchos hombres no necesitan las pruebas preventivas anuales.
Aún no hay marcadores establecidos para distinguir qué cánceres de próstata crecen lo suficientemente rápido para requerir tal tratamiento. El nuevo estudio, que aparece en la edición del 5 de mayo de la revista Annals of Internal Medicine, identifica tres marcadores de esas características.
«No estamos intentando decir que estos son los únicos marcadores», apuntó el autor del estudio, el Dr. John Concato, profesor de medicina de la Universidad de Yale y director de investigación epidemiológica clínica del Sistema de Atención de Salud de Asuntos de Veteranos de Connecticut. «Es una prueba de principio».
Medir los niveles de los marcadores tal vez ayude algún día a guiar el tratamiento de los hombres que tienen cáncer de próstata, dijo. «Si los marcadores resultan positivos, tal vez sea una indicación de que una terapia más agresiva está indicada», aseguró Concato.
Sin embargo, esa afirmación fue desafiada en un editorial acompañante escrito por un oncólogo.
Los hallazgos provienen de un examen de muestras de tejido de 1,172 hombres a los que se había diagnosticado cáncer de próstata en centros de la VA en Nueva Inglaterra. Los investigadores evaluaron una variedad de posibles marcadores biológicos e identificaron tres asociados a un mayor riesgo de muerte por cáncer: bcl-2, una molécula que ayuda a regular la muerte celular; p53, una proteína producida por un gen que suprime tumores; y la densidad de los microvasos, la producción excesiva de vasos sanguíneos necesaria para el desarrollo del cáncer.
Los niveles de los tres marcadores fueron significativamente más altos en los hombres que murieron de cáncer de próstata en los once a 16 años siguientes, encontró el estudio.
Concato dijo que el estudio es apenas el primer paso hacia el uso de marcadores biológicos para guiar el tratamiento del cáncer de próstata. «Otros grupos deben replicar nuestros resultados», señaló. «A partir de estos resultados, debe haber un esfuerzo para desarrollar terapias que ataquen a los mecanismos reflejados por estos marcadores».
Concato apuntó que propuso un ensayo clínico que «trataría a los pacientes en base al estatus de los marcadores, como positivo o negativo».
El editorial del Dr. Edward P. Gelmann, jefe de la división de hematología y oncología y subdirector del Centro Oncológico Integral Herbert de la Universidad de Columbia, puso en duda el valor de los tres marcadores biológicos.
Varios estudios pasados han mostrado que los resultados de las pruebas del p53 «no se pueden reproducir entre un laboratorio y otro», advirtió Gelmann. «Hay una gran variabilidad tanto en técnica como en resultados». Aunque el p53 ha sido estudiado como un marcador biológico para diversos tipos de cáncer, sólo se usa para una malignidad poco común, el carcinoma sanguíneo de células transicionales, apuntó.
En cuanto al bcl-2, Gelmann dijo que el número de casos en el estudio que obtuvieron una lectura positiva es demasiado pequeño para ofrecer una prueba de su potencia de predicción. «Para probar que tiene significación pronóstica se requeriría un ensayo de más tamaño», aseguró.
Y la medida de la densidad de vasos sanguíneos tomada en el estudio no necesariamente se pueda reproducir, señaló Gelmann. «La realizó un solo observador sin que nadie más lo revisara», apuntó.
En respuesta, Concato afirmó que «el editorial no menciona varios puntos fuertes importantes del estudio y presenta mal lo que se sabía antes de que hiciéramos nuestro estudio».
«Por ejemplo, mostrar una relación entre los marcadores tomados en el diagnóstico y la mortalidad a largo plazo es algo que no se había mostrado antes», dijo. «Tal vez el editorial muestra preocupación por un uso inapropiado y excesivo de estos marcadores y, si es así, estaríamos de acuerdo».