Carboxiterapia: usando el dióxido de carbono para mejorar la salud

Siempre hemos escuchado que el planeta se está calentando a causa del Dióxido de carbono y a este gas, se le han atribuido también muchas cosas malas.

Hay personas que consideran al CO2 como un producto de desecho de la célula y que por lo tanto si lo expulsamos a través de la respiración es porque no sirve para nosotros.

La realidad es totalmente distinta a lo que pensamos. La verdad el dióxido de carbono no es un gas de desecho, es más, el dióxido de carbono es importante para nosotros y cumple funciones clave en el organismo humano.

Empecemos a revisar algunos puntos:
El dióxido de carbono existe en el organismo disuelto en la sangre y unido a proteínas y esto se traduce en una Presión de CO2 constante, responsable de mantener la homeostasis del cuerpo al igual que la Presión de oxígeno.

El dióxido de carbono, difunde a través de los tejidos con mayor facilidad que el oxígeno y es precisamente esta propiedad, la que le permite penetrar la barrera hematoencefálica y regular el centro respiratorio en el cerebro.


Contribuye a la formación de ácido carbónico y bicarbonato, esenciales para el equilibrio ácido base de nuestro organismo.

El dióxido de carbono, facilita el paso del oxígeno a los tejidos, pues al unirse a la hemoglobina, contribuye a la liberación del oxígeno hacia las células tisulares. Esto se conoce como Efecto Bohr. Para decirlo de una manera figurada, el suministro de oxígeno a las células desde los glóbulos rojos estaría, de alguna forma, controlado por el dióxido de carbono.

En cuanto a sus propiedades médicas, por ejemplo, el Dr. Hidekazu demostró en un estudio publicado en Circulation el año 2005, que el dióxido de carbono causa en tejidos isquémicos, inducción de la síntesis local de factor de crecimiento vascular endotelial, resultando este hecho en formación de nuevos vasos. En palabras simples, con el dióxido de carbono logramos revascularizar los tejidos con pobre irrigación.

Otras investigaciones como la de Hartmann (Angiology 2007) sugieren que entre los efectos de la aplicación del dióxido de carbono se encuentran: dilatación de las arteriolas pre capilares, reducción de la viscosidad de la sangre, restauración de la permeabilidad de los capilares ocluidos.

La terapia con dióxido de carbono o Carboxiterapia es un recurso que deberíamos aprovechar por los múltiples beneficios que ha demostrado tener. No obstante, recordemos que como todo tratamiento, no todos son candidatos pues existen contraindicaciones y antes de cualquier aplicación el paciente debe ser adecuadamente evaluado por el médico.